M. Recio. suiteinformación.- En esta Feria de Sevilla el gran espectáculo no se está produciendo en un circo de la Calle del Infierno. Más bien, este año, las escenas circenses se han trasladado a la caseta del Exmo Ayuntamiento de Sevilla, situada en la calle Pepe Luis Vázquez, del Real de la Feria.
El dominio de mercado no solo se ha dado en los servicios de Uber y Cabify, compañías de VTC, que están dando un verdadero pelotazo de volantes en esta feria, sino que también la clase política demuestra que en esta magna celebración, todo está permitido.
No se sabe si por efecto del nivel de alcohol en sangre o porque el profesional de la política desarrolla una especial habilidad para que todo le resbale, el ciudadano de a pie, observa que mientras dura la celebración, la caseta del Ayuntamiento se convierte en una especie de limbo político donde se olvidan los más recientes insultos, zancadillas, trampas, utilización maniquea del poder público, fiscalía incluida, etc, etc, dejando paso a sonrisas y abrazos sin ton ni son. Están ajenos al peligro, puesto que navajas y pistolas deben dejarse en la entrada.
Nada tiene que ver con esto la cortesía parlamentaria, ni siquiera el respeto al oponente, con esta especie de inapropiado compadreo que asombra al electorado. Las circunstancias que hoy se dan en la vida diaria del ruedo político no admite aquello que en otras circunstancias estaría más que justificado. Ya se dio en España un ambiente colaborativo y de respeto entre representantes de fuerzas políticas divergentes. Era otra época , otros actores. Hoy la situación ha cambiado. Se tiran a dar y además el partido amalgama gobernante utiliza todas las tretas habidas y por haber para impedir que la opción ganadora llegue al poder gubernamental.
¿Qué interés hay por parte del PP en querer aparentar durante la Feria de Sevilla, normalidad y cercanía con los dirigentes del PSOE? Solo sonrisas porque las lágrimas las aportamos los ciudadanos que estupefactos tenemos que observar un aborrecible ejemplo de hipocresía difícil de justificar.
¿A qué juegan éstos dos grandes partidos de “centro”?. Parece el espectáculo de los “Cristobitas”, aquellos teatros de guiñol que tanto nos hacían reír de niños.
¿Es todo mentira? ¿Una brutal farsa donde lo importante es la situación boyante y segura de sus economías personales? El poder por el poder mismo?
En circunstancias normales, cualquier ciudadano que es atacado públicamente, a quien se le intenta desacreditar, deshonrar por todos los medios, tiene la reacción lógica de desapego emocional, de rechazo a quien ocasiona el daño.¿Todo vale en política? ¿También el olvido temporal?
Lo que está ocurriendo en España es de una gravedad extrema que está afectando a la ciudadanía diariamente y de forma alarmante. Obligar a ver cómo normal lo que no lo es, ataca gravemente la capacidad de asombro y provoca repulsión social.
Un poco de congruencia nos haría sentirnos mas sensatos, seguros y felices.