REDACCION. M. Recio. suiteinformación.- El mundo del humor está repleto de personajes extraordinarios, sublimes y estereotipos de toda clase y condición. La lista sería amplísima y seguramente con lo que ha leído hasta ahora ya se le habrá venido más de uno a la memoria. Pero de todos, el que a mí más me impactó fue el interpretado por el genial humorista y magnífico pintor hispalense Miguel Caiceo: Doña Paca.
Como fenómeno social que es, Doña Paca es tan real como lo es la vida y no olvidemos que el disfraz de limpiadora suelta de boca, plumero y bayeta en mano, lo viste alguien que las pasó canutas antes de llegar a vivir dentro de los cánones de la normalidad, léase clase media, para que se entienda. Ese desparpajo con el que da las quejas al público mirando a los ojos sin atisbo de cortedad o impostura, hace reír al más pintado.
Es tan terrible todo lo que le va pasando, que siempre termina con una frase que bien podría grabarse en el Paseo de la Fama de Hollywood, si es que un día le hacen merecedor de tal distinción y así tener una estrella en él. Cuando entona con voz desesperada que no tiene nada más que ganas de morirse, el público truena a carcajadas. Además lo dice de una manera muy sevillana, pero que lo entienden en Vigo, igual que en Calahorra o Cartagena: “…no tengo na má que ganitas je morirme…”
Ni falta que hacen traductores ni pinganillos. Pues hecha esta referencia, estén todos atentos a otra ilustre Doña Paca y sus actuaciones. Me refiero a la Sra. Armengol, también Francisca de nombre y que tornó en Francina, que va más con los gustos de la alta y refinada burguesía mallorquina. Esta Doña Paca, nacida en Inca, ya dio muestras del respeto que los socialistas de nuevo cuño tienen por las leyes cuando presidía el Govern de les Illes Balears. No obstante, por su sectarismo y mala gestión, su partido la ha premiado con un magnífico sueldazo, por hacer algo de lo que no tiene ni pajolera idea. Doña Paca en su presentación decidió aplicar una modificación del Reglamento del Congreso de los Diputados, sin haberse debatido y aprobado, para poner los cimientos de su particular Torre de Babel parlamentaria.
Eso se llama abuso de poder, sectarismo…. Doña Paca no respeta las normas ni presidiendo la institución de donde todas emanan. Eso no se permitiría en ninguna democracia avanzada y sería. Aquí sí y no pasa nada. Doña Paca se fue de copas en plena vigencia de las restricciones por Covid y la pillaron in fraganti en un bar del casco antiguo de Palma, a las 2 de la madrugada del día 7 de octubre de 2020. Consejos vendo, en este caso imposición del gobierno de su partido, que para mí no tengo.
A finales del año 2019 se produce una violación en grupo de una menor tutelada en Mallorca. A raíz de las investigaciones policiales realizadas se descubre la existencia de una red de prostitución y tráfico de drogas de las jóvenes a cargo del Gobierno balear. Doña Paca ya conocía tiempo atrás todo lo que estaba ocurriendo. Conocía que se daban permiso de salidas a las menores y que durante ellos, estás prestaban servicios sexuales. Cuando las educadoras informaban de estos lamentables hechos, Doña Paca en vez de denunciarlos se colocaba la mano en la frente y repetía: -“només tinc ganes de morir-me”. Y a otra cosa mariposa.
A Doña Paca le queda una legislatura de padre y muy señor mío. Hasta ahora, salvo algún exabrupto y algunos murmullos desde las bancadas, las sesiones han sido de guante blanco roto. Pero si Don Pedro llega a formar gobierno, repartiendo ministerios, amnistías, referéndums, etc, Doña Paca va a saber lo que es un parlamento a la turca. No le arriendo las ganancias.
Mucha suerte. M. Recio.