Un 14 de Noviembre pero de 1909, Lorenzo Garza,
“El Ave de las Tempestades”
nace en Monterrey, N.L. México…
“Un torero debe tener
la capacidad de dividir
a la afición…”
Lorenzo Garza
«La Tauromaquia
es la pasión que nos une…»
Hagamos de éste 2022
el año más Taurino
a pesar de las adversidades…![](https://www.suiteinformacion.es/wp-content/uploads/2021/07/182127777_2188224441308380_7527186631012125364_n-e1630232064836.jpg)
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Felipe de Jesús Estrada Ramírez.
Cronista de la Ciudad…
(Bibliografía al final del texto)
Único Torero Mexicano
que ha cortado un Rabo
en la Plaza de Las Ventas
de Madrid…
Tenía que ser un Domingo el día más taurino de la semana, en la que vino al mundo aquel 14 de noviembre de 1909 en la ciudad de Monterrey, capital regia de Nuevo León. Lorenzo Garza Arrambide, mejor conocido en el Mundo Taurino como Lorenzo Garza “El Ave de las tempestades” o “Lorenzo el Magnífico”. Fue el quinto hijo de Romualdo Garza y Prisciliana Arrambide, los cuales tuvieron cinco hombres y cuatro mujeres. Los hermanos de Lorenzo, al igual que su padre, trabajaron en la industria de la construcción o fueron obreros. Lorenzo cursó sus estudios básicos en Monterrey; Lorenzo a la edad de 14 años de edad, muere padre y abandona los estudios, entra a trabajar de mensajero en la estación del ferrocarril del Golfo en Monterrey. Para ganar más dinero se dedica al boxeo logrando convertirse en pugilista, pero, sufre la ruptura de los huesos nasales, abandonando dicho deporte. Entra a trabajar en el Centro Mercantil de Monterrey, donde era socio Eugenio Domínguez Lecea, propietario de la ganadería “La Playa-en la Hacienda Golondrinas” en Cerro El Imán, Lampazos de Naranjo, Nuevo León. Al conocer los deseos de Garza de convertirse en torero, por el dinero que ganaban y teniendo como ídolo a Rodolfo Gaona, Don Eugenio lo envía con su caporal Tomás Cruz, con el que aprende a montar y torear, ya que quería hacer fortuna para sacar a su madre de la pobreza. En un festejo organizado por los cinematografistas el Día de la Raza de 1928, Lorenzo Garza se lanza al ruedo como espontáneo. El general Juan Andreu Almazán presiente que en el joven Garza existen grandes cualidades para hacerse torero, decide apoyarlo, pidiendo que se le incluya en algunas corridas que se efectúan en el norte del país. El coronel Garza, habló con Juan Aguirre, “El Conejo”, quien recomendó, designaron a Samuel Solís como apoderado y comenzó una gran trayectoria como novillero. El domingo 3 de mayo de 1931, día de la Santa Cruz, Garza hace su presentación en la plaza de toros El Toreo de la Ciudad de México, con novillos de La Punta, Lorenzo Garza alterna con Antonio Popoca y El Indio… Lorenzo Garza hizo el paseíllo con un traje prestado por Chencho Torres. Triunfó y obtuvo su primera gran paga de cincuenta pesos… Repitió el siguiente domingo, cobrando 75… La suerte lo hizo triunfar… Cada domingo, cuajaba faena fue el novillero cumbre en el escalafón. Exigía sueldos más altos, de acuerdo con la categoría que iba adquiriendo: entonces ganaba más de 700 pesos por tarde. El 6 de septiembre, en una tarde memorable, salió cargado en hombros de la plaza junto con los otros dos novilleros, Eduardo Tercero y Edmundo Zepeda. Su apoderado le consiguió, como gratificación por su excelente campaña novilleril, que la empresa le obsequiara un pasaje a España a bordo del Buque “Colón”. El 10 de julio de la temporada de 1931 se da su última actuación como novillero; Regresó a Monterrey con una fortuna: cinco mil pesos. Dejó tres mil quinientos a su señora madre, y con mil quinientos pesos se fue a España, a la conquista de un sitio y un nombre, de fama y gloria. Al día siguiente se embarca rumbo a España a bordo del buque “Colón”. En 1932 realizó una temporada en España, participó en 15 novilladas. Al año siguiente, debutó en Madrid el 19 de marzo. Volvió a presentarse el 20 de abril, pero en esta ocasión fue cornado de gravedad en el muslo izquierdo. El 6 de agosto de 1933 toma la alternativa en Santander; su padrino fue Pepe Bienvenida y Antonio García “Maravilla” como testigo con el Toro «Repentino» de la Ganadería de Celso Cruz. Tras haber sufrido tres fracasos consecutivos, decidió volver a actuar como novillero. Alternó con Luis Castro “el Soldado”, al adquirir nuevamente prestigio decidió volver a tomar la alternativa el 5 de septiembre de 1934 en Aranjuez, su padrino fue Juan Belmonte y como testigo Marcial Lalanda con un toro de la Ganadería de Ángel Sánchez
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El 25 de noviembre de 1934 Lorenzo Garza confirmó su alternativa en la Ciudad de México con el toro “Tabaquero”, en la que su padrino fue Jesús Chucho Solórzano, El Rey del Temple, hijo de Jesús Solórzano Pesado, otro grande de los ruedos, y como testigo Antonio García “Maravilla”, en esa temporada se convirtió en uno de los toreros favoritos del público mexicano.
El 7 de febrero de 1935 se consagra Lorenzo Garza al matar seis toros: alternando en un mano a mano con Alberto Balderas, tuvo Lorenzo Garza su tarde más brillante. Era la 13ava. corrida de la temporada de El Toreo. El primero de los seis toros de San Mateo, de nombre “Madroño”, prendió a Alberto contra la barrera cuando hacía uno de sus quites inolvidables. Mientras banderilleaban los peones, Balderas que fue trasladado a la enfermería primero y camino al sanatorio le dijo a Garza: “…Lorenzo, esta es tu oportunidad: si la aprovechas y le demuestras al público lo que vales, tienes asegurado el sitio para mucho tiempo; si no puedes, si te acobardas, mejor será que vayas pensando en dedicarte a otra cosa”. Y Lorenzo Garza triunfó: Lorenzo Garza tuvo que torear a los seis astados, dio vuelta al ruedo con los cuatro primeros de nombre “Madroño”, “Trianero”, “Barbero” y “Rumboso” y a los últimos dos les cortó las orejas y el rabo. Salió en hombros de la plaza en compañía del ganadero. Esa tarde nació el Garcismo…
El 14 de abril de 1935 confirmó su alternativa en Madrid con el toro Cazador, de la Ganadería de Ramón Ortega, su padrino fue Manuel Jiménez “Chicuelo” y Joaquín Rodríguez “Cagancho” el testigo.
El 29 de septiembre de esa temporada de 1935, fue una tarde de gloria para Lorenzo Garza hizo el paseíllo en la plaza de toros de Las Ventas con Curro Caro, Nicanor Villalta y Fernando Domínguez. En este festejo, se lidiaron toros de las ganaderías de Fermín Martín Alonso, dos de Bernardo Escudero, primero y tercero, y uno de Gallardo que hizo sexto. Curro Caro cortó el rabo al séptimo de la tarde, de nombre “Capuchino” y Lorenzo Garza se lo cortó al cierraplaza, con el nombre de “Guitarrero”. Caro, con su actuación, dio la vuelta a las circunstancias adversas que le rodeaban (unas familiares y otras profesionales generadas en una actuación anterior al realizar un gesto al público ante una crítica injustificada) y tras pasear dos veces el anillo con los máximos trofeos, tuvo que volver a saludar al tercio para corresponder a la estremecedora ovación que “no acababa nunca”, como relataba el crítico “Alfonso” en su crónica aparecida en “El Liberal” el siguiente día 1 de octubre. Lorenzo Garza, el “Ave de las tempestades de Monterrey”, también tuvo que dar dos vueltas al ruedo con los máximos trofeos tras su gran faena que, según el citado crítico “Alfonso”, “fue algo excepcional, difícil de describir”. Por el conflicto suscitado entre toreros españoles y mexicanos dejó de presentarse en España. Volvió a torear en 1945, donde fue cornado el 30 de julio en Barcelona.
El domingo 29 de agosto de 1937 se inaugura la Plaza de Toros Monterrey, con un cartel integrado por Lorenzo Garza y Fermín Espinosa Armillita con toros de La Punta. A la plaza después se le agrega el nombre de Monumental y finalmente el de Lorenzo Garza.
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El extorero y periodista José Jiménez Latapí “Don Dificultades” lo apodó “el Ave de las Tempestades” haciendo alusión al petrel, ave marina que solo abandona su nido cuando aparecen en el horizonte rayos y truenos. Lorenzo Garza se caracterizó por tener tardes extremas: o bien de triunfo total, o bien de fracaso, bronca y escándalo. En una ocasión se subió a los tendidos con la espada en la mano para confrontar a un aficionado que presumiblemente lo había insultado. Una tarde de 1947 alternó con Manuel Rodríguez Manolete, su actuación fue tan mala que el público destrozó los carteles publicitarios, quemó las almohadillas y arrancó el reloj de la plaza. Lorenzo Garza llegó a pasar una noche en la prisión del Carmen vestido con su traje de luces.
Uno de los brindis más sonados de la historia del toreo refleja el valor del Maestro Lorenzo Garza, el Califa después de un primer toro en el que pasó apuros y se hecho al público en contra entre los que se encontraba Maximino Ávila Camacho quien muy a su estilo pasó por encima de la autoridad y ordenó una multa de 10 mil pesos al diestro de Monterrey, sin otro afán más que de prepotencia y arrogancia, en su segundo toro el Magnífico se dirigió hacia la barrera que ocupaba el político para brindarle, los aficionados pensaron que se doblegaría pidiendo se le perdonara la multa pero los que alcanzaron a escuchar relatan que le dijo algo así «General, va por usted y por la mujer que lo acompaña, que antes de ser suya, fue primeramente mía. Que los $10,000 pesos que injustamente me impuso de multa, le sirvan para comprarle un regalo a ella, porque el mío es un dinero honrado, ganado con los sustos y la sangre de mi profesión. Usted jamás ha sabido ganarse un centavo honestamente, como yo me los gano exponiendo la vida». El Maestro remató el brindis con una tremenda mentada de madre exponiendo su vida en el ruedo y en la calle.
La carrera de Lorenzo Garza se dividió entre las tardes de gloria y las de bronca, donde era capaz de levantar pasiones y como el mismo decía: “un torero debía tener la capacidad de dividir”; cortó nueve rabos en La Plaza Monumental México, inmortalizando a toros como Amapolo, Príncipe Azul, Terciopelo, Rabioso y Gitanillo.
Luego de una brillante trayectoria, el 20 de febrero de 1966, a los 58 años de edad, Garza se despide de los ruedos alternando con Raúl Contreras Finito y el español Paco Pallares: como corolario a una carrera intensa le corta el rabo a “Joyero”. Lorenzo Garza regresó de su retiro el 5 de noviembre de 1965 cuando en la ciudad de Monterrey, otorgó la alternativa a Manolo Martínez con Humberto Moro como testigo y un encierro de Mimiahuapan completó el histórico cartel.
• La fama de Lorenzo Garza, conocido por su calidad y arrebatos en las plazas de toros, le permitieron intervenir en tres películas, todas con el tema taurino. En primera instancia, colaboró en Novillero de Boris Maicon, estrenada en 1936, que algunos consideran la primera cinta mexicana en color, y en Un domingo en la tarde de Rafael E. Portas, estrenada en 1938. Ambos filmes eran a su vez producto de la búsqueda de temas que permitieran consolidar el proceso industrial de la cinematografía mexicana tras el inusitado triunfo continental de la cinta folclórica Allá en Rancho Grande de Fernando de Fuentes, estrenada en 1936. Y, la patrocinada por la empresa de Raúl de Anda, Toros, amor y gloria, película en la que Lorenzo Garza no sólo fue protagonista sino que también colaboró con el argumento, devino en el típico melodrama taurino que obtuvo buen éxito a su paso por las pantallas de los mercados de América Latina y en alguna medida pudo ayudar a la consolidación de la trayectoria del diestro. Según los créditos respectivos, el argumento de Toros, amor y gloria fue concebido y escrito por Lorenzo Garza quien compartió como actor con Josefina Escobedo, María Antonieta Pons, Carlos López Moctezuma, Jorge Che Reyes y Sara García. Participó en Torero, un documental, estrenada en 1956.
Murió el 20 de septiembre de 1978 en la Ciudad de México, víctima de una afección hepática.
Bibliografía.- Pedro Julio Jiménez Villaseñor-NoticieroTaurino/Eduardo Cázares Puente/Dr. Enrique Vázquez Legarreta-RincónTaurino/Rosario Vidal Bonifaz-Revista de Estudios Taurinos N.º 41, Sevilla 2017.