22 de Septiembre pero de 1935,
Juan Belmonte, el “Pasmo de Triana”
Corta el segundo Rabo en “Las Ventas”
y sale en volandas por la Puerta Grande…
El histórico Belmonte cortó
el primer rabo en Madrid en 1934

y el segundo en 1935…
«La Tauromaquia
es la pasión que nos une…»
Hagamos de éste 2022
el año más Taurino
a pesar de las adversidades…
Felipe de Jesús Estrada Ramírez.
Cronista de la Ciudad…
(Bibliografía al final del texto)
Fue un Domingo aquel 22 de septiembre de 1935…
Las Ventas era el centro de atención:
“¡Hoy torea Belmonte!”.
Tarde de “No hay billetes”
Era el último paseíllo de Juan Belmonte en la plaza, hizo 64 paseíllos, 62 en la Plaza Vieja la de la carretera de Aragón y 2 en Las Ventas en 1934 y 1935… Juan Belmonte, vestido de granate y plata era la cabeza de cartel de aquel Domingo 22 de septiembre de 1935 salió el primer toro del hierro de Coquilla, toro bravo, que siguiendo el capote de un peón, que se refugió en el burladero del 8, remata en tablas con tal ímpetu que se parte por la misma cepa el pitón izquierdo. Cuatro verónicas lentas quedaron sobre el albero, pero los tendidos protestaban al toro, que fue sustituido por un sobrero de Lorenzo Rodríguez, de nombre “Buenasombra”. Belmonte lo lanceó con su particular estilo, iniciando la faena con un pase por alto: Sigue por naturales, de pecho, molinetes y señala un pinchazo sin soltar el acero. Tres pases más y media estocada en las agujas… Cota la primera oreja. Salió el cuarto de la tarde toro negro de nombre Hocicón marcado con el número 83 y Belmonte bordó el toreo con el capote ligó cinco verónicas y media, que fueron modelo de temple y suavidad. El toro no acude a los caballos, rajón huye apenas siente las varas. Rosalito, para hacer que arranque el toro arranque en el último par, tiene que tirarle la montera al hocico. El banderillero es aplaudido. Belmonte sabe la importancia de la tarde y sale a dar todo en la faena con la muleta da 8 pases justos, dando al toro todas las ventajas, y el sevillano arranca en corto, derecho, seguro y deja medio estoque en el hoyo de las agujas, Hocicón rueda sin puntilla. La plaza se voltea al revés y Belmonte corta las dos orejas, el rabo, da dos vueltas al ruedo, sale a los medios y los aficionados le gritan: ¡No te vayas! Alfredo Corrochano, que brindó una faena a Belmonte, también logró los máximos trofeos. Marcial Lalanda, sin suerte en su lote, no tuvo suerte pero fue ovacionado por los más de 22,000 espectadores…


Belmonte se retiró al finalizar la temporada de 1927 y reapareció en la de 1934, el 21 de octubre de ese 1934 cortó el primer rabo que se concedía en la plaza de toros de Las Ventas, de Madrid, fue una inauguración de la plaza prematura, ya que los accesos al recinto presentaban muchas dificultades para los aficionados y hubo que adecuarlos apresuradamente… Fue la fecha de la inauguración oficial de la plaza; El nombre del toro: “Desertor”, del hierro de Murube de Carmen de Federico, era el cuarto de la tarde, alternó con Marcial Lalanda y Cagancho…

El 17 de junio de 1931 en Las Ventas se anunciaba el primer paseíllo en el ruedo madrileño. Fue una corrida monstruo, de ocho toros de diferentes ganaderías: Juan Pedro Domecq, Julián Fernández, Manuel García, Viuda de Concha y Sierra, Graciliano Pérez Tabernero, Hijos de Andrés Coquilla, Conde de la Corte e Indalecio García y ocho toreros: Diego Mazquiarán “Fortuna”, Marcial Lalanda, Nicanor Villalta, Fausto Barajas, Luís Fuentes Bejarano, Vicente Barrera, Fermín Espinosa “Armillita” y Manuel Mejías “Bienvenida”, siendo el primer toro que saltó a la arena “Hortelano”, de la ganadería del Duque de Veragua. Con el nombre de Las Ventas del Espíritu Santo, así fue anunciada la plaza: Este festejo fue organizado por Pedro Rico, alcalde de la ciudad, a beneficio de obreros desempleados. Las Ventas fue idea original de Joselito el Gallo, la plaza fue construida por el arquitecto José Espelius y terminada por Manuel Muñoz Monasterio en unos terrenos que la familia Jardón cedió a la Diputación Provincial con un requisito: tener los derechos de explotación.
Juan Belmonte García, nació en Sevilla, el 14 de abril de1892, tuvo su cuna en la casa número 72 de la calle Ancha de la Feria, Barrio del mismo nombre. Conocido en el mundo taurino como El Pasmo de Triana fue hermano, de los también matadores Manuel y José, aunque fue bautizado con el nombre de Juan Bautista José de la Santísima Trinidad. Falleció su madre, en 1900 y su padre contrajo segundas nupcias con una hermana de su primera esposa. El niño Juan siempre llamó tía, y no madre, a su madrastra. Del primer matrimonio nacieron cinco hijos, y seis del segundo, apellidados todos como Belmonte García.
Desde que tuvo conciencia Juan Belmonte quiso ser torero. La Familia pocos años después se trasladarían a Triana. José Belmonte, su padre y el banderillero José María Calderón eran amigos y compadres; por lo que José María se convirtió en su maestro.

17 años viste por primera vez de luces en la plaza de toros de Elvas en Portugal. En 1912 triunfará como novillero en la Real Maestranza de Sevilla, y meses después lo haría en Madrid. Su estilo arriesgado hizo que comenzara a forjarse la leyenda del “Pasmo de Triana”. En 1913 tomará la alternativa en Madrid, siendo su padrino Machaquito, y como testigo actuaría Rafael “el Gallo”. Enseguida comenzaría su rivalidad con Joselito “el Gallo” ambos diestros sevillanos alternaron juntos, del 15 de marzo de 1913 en Barcelona al 15 de mayo de 1920 en Madrid, un día antes de que Gallito muriera en la plaza de toros de Talavera de la Reina, Toledo, en 257 corridas… La temporada de 1915 se vivió en España como la de la “apasionada competencia” con Joselito. El 16 de julio de 1916 sufrió una grave cornada en La Línea de la Concepción; reapareció el 13 de agosto en San Sebastián y, tras torear al día siguiente en esa misma plaza, decidió cortar la temporada. En total toreó 43 corridas.
En 1917, en lo que los aficionados dieron en llamar “el año de Belmonte”, hizo 97 paseíllos. En este mismo año llegaría a Perú donde permaneció una temporada y donde conoció a la que sería su esposa. En la ciudad de Lima, Perú en 1922 anunció su primera retirada ya que reaparecería en los ruedos en 1924 para retirarse de manera definitiva en 1936. Durante estos últimos años alternó el toreo con la ganadería y el Rejoneo. . En 1918 toreó en América y, recién casado en aquel continente con Julia Cossío, no toreó en España. En 1919 sumó la cifra récord en su carrera: 109 corridas, para bajar a 68 en 1920, el año de la muerte de Gallito.
Permaneció retirado en 1922 y 1923, y regresó ocasionalmente a los ruedos en 1924 como rejoneador en Sevilla y en algún festival, como el que toreó en Zumaya, organizado por el pintor Ignacio Zuloaga, en el que resultó herido grave. En invierno se contrató en Lima, Perú siete tardes aunque toreó ocho por la cifra de 500,000 pesetas. En 1925 el empresario Eduardo Pagés le firmó una jugosa exclusiva: 25,000 pesetas de la época por corrida, además de otros porcentajes según acudiesen los públicos a las plazas.
La figura de Belmonte fue trascendental para la historia del toreo moderno ya que impuso una revolución artística en este arte. Hasta la aparición de Belmonte, torear consistía básicamente en sortear las acometidas de los toros sobre las piernas con más o menos valor y gracia, sin embargo su extraordinario dominio de los terrenos le permitió ejecutar el toreo de una forma nueva, despacio y con una cercanía nunca vista. Puso en práctica los tres tiempos de la lidia: parar, templar y mandar, a lo que más tarde agregó cargar la suerte. La aportación de Belmonte fue sobre todo estética y su arte revolucionario se convirtió para las generaciones posteriores en el nuevo paradigma del clasicismo durante todo el resto del siglo XX.
Belmonte también cambió la imagen tradicional de los toreros relacionándose con grandes nombres de la cultura tales como Valle-Inclán, Pérez de Ayala, Ignacio Zuloaga o Julio Camba entre otros. Adoptó Belmonte su estilo de vestir, renunciando a la coleta clásica de torero. Sin estudios aunque fue un ávido lector y con una notable inteligencia y extraordinaria personalidad le permitieron relacionarse con los miembros de la cultura y de la alta sociedad. Su gran amistad con Ernest Hemingway le llevó a aparecen en dos de sus novelas, “Muerte en la tarde” y “Fiesta”. El periodista Manuel Chaves Nogales escribió su biografía, que fue publicada por entregas en la revista Estampa, a partir de junio de 1935.
En 1962, y casi por cumplir 70 años, Juan Belmonte se suicidó de un disparo en su cortijo de Gómez Cardeña situado en la localidad de Utrera, aquejado de una ligera isquemia coronaria y de una hernia de hiato, que producía vómitos de sangre, creyó que los médicos le ocultaban su gravedad y ante el pavor que le producía verse postrado e inválido en una silla de ruedas, se quitó la vida en el salón principal de su finca sevillana: Belmonte abrió la Puerta Grande de la Gloria Eterna y fue enterrado en el Cementerio de San Fernando de Sevilla…
Bibliografía.- Joselito, Belmonte y el torero moderno a través de Corrochano, J. M. Porras, Madrid, Club de Aseguradores Internacionales, 1971/ Juan Belmonte García. José Luis Ramón Carrión/ Las Ventas. 75 años de historia, Madrid, Centros de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid, 2006.
