Que regresen los festejos taurinos
a la Monumental Plaza México…
«La Tauromaquia
es la pasión que nos une…»
Hagamos de éste 2023
el año más Taurino
a pesar de las adversidades…
Felipe de Jesús Estrada Ramírez.
Cronista de la Ciudad…
(Bibliografía al final del texto)
Nadie protege más y mejor a esa maravillosa especie animal del toro bravo que los ganaderos, los toreros y aficionados. La mayoría de los políticos que atentan contra la Fiesta Brava tratan de justificar su paso por la política en un falso enfoque animalista; deberían enfocar su quehacer en proteger a los perros que son sacrificados a diario en las perreras municipales con una crueldad excesiva y a cuidar las fuentes de empleo, economía, turismo, tradición y cultura contenida en las corridas de toros.
El fin y objetivo en una corrida de toros es que el toro por su nobleza, trapío, bravura, salga indultado, le sea perdonada la vida y sea curado de sus heridas y regrese como semental a la ganadería, donde vive el resto de su vida con los mejores cuidados y dando nueva vida. El torero triunfa y sale a hombros de la plaza y es un éxito para el ganadero y los aficionados salen contentos de la plaza.
Las corridas de Toros son tradición, Cultura, Turismo, impulsores de economía, productores de carne, cuero, promueven el empleo directo e indirecto. Las Ganaderías son zonas ecológicas esenciales para la conservación del clima, la biodiversidad, recargan los mantos acuíferos, pastizales, matorrales, lagos, abrevaderos. Las ganaderías conservan la biodiversidad. Toda Muerte en la naturaleza y entre animales de uso doméstico u objeto de aprovechamiento y aún entre los humanos, es cruenta e implica sufrimiento basta visitar cualquier rastro o matadero municipal o estatal. El toro bravo como las especies de ganado equino, bovino, pecuario, las especies marítimas, criadas o capturadas para el consumo humano tienen un ciclo de vida. El toro de Lidia tiene un ciclo de vida de 5 años en los cuales es criado cuidado, alimentado y su desarrollo se da en plena libertad y satisface sus necesidades e instintos y que menos del 10 % de las especies en una ganadería tienen como destino una plaza de toros. Es hipócrita y parcial el enfoque animalista dado por los antitaurinos. Dado al sufrimiento, crueldad, muerte masiva y explotación industrial y comercial a cerdos, reses, pollos, que viven hacinados a una jaula, torturados sin poder moverse en todo su ciclo de vida y saturados de hormonas y antibióticos. Estas especies tienen su fin de una manera espantosa en un rastro, su vida acaba donde sienten, huelen y escuchan la tortura y muerte; son degollados y desangrados hasta su muerte. Los peces, crustáceos y moluscos, sufren una cruel muerte al ser enganchados, asfixiados, muertos a palos o hervidos vivos en presencia de los clientes en exclusivos restaurantes.
Actualmente existen en México 262 ganaderías dedicadas a la crianza del toro bravo, registradas en la Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia (ANCTL). Se estima que en promedio una ganadería tiene una extensión de 649.22 hectáreas con un coeficiente de agostadero de 12.053, lo que en conjunto significa una extensión de 170.095 hectáreas destinadas a la producción de toros bravos. Por su parte, el tamaño promedio de hato en las ganaderías es de 417 cabezas de ganado bravo, lo que significa un tamaño de hato en el país de alrededor de 109.204 cabezas de ganado bravo, el cual se compone de machos para lidia, becerros y becerras, y vientres. En México existen 37 ganaderías que no pertenecen a la ANCTL por lo que las cifras son mayores que las registradas.
Las ganaderías de bravo en España mantienen algo más de 480.000 ha de superficie, en su mayor parte áreas de gran valor ecológico (ocupan aproximadamente la séptima parte de las dehesas de la Península Ibérica) donde unas 200.000 cabezas de ganado bravo coexisten con una alta diversidad de especies animales y también de plantas. Por ejemplo, una superficie de sólo 20 x 20 cm (0,04 m2) de un pastizal Mediterráneo bien conservado en una de estas dehesas puede albergar hasta 16-20 especies de plantas herbáceas, y centenares de especies en áreas más extensas. Un pastizal diverso en especies es fundamental para garantizar una dieta equilibrada para los animales herbívoros, tanto domésticos como silvestres. Al igual que en un ecosistema silvestre, el sobrepastoreo por abundancia excesiva de grandes herbívoros tiene consecuencias perversas para la estabilidad de los ecosistemas. Por tanto la gestión adecuada y sostenible de las explotaciones ganaderas de bravo es clave para garantizar su calidad y el mantenimiento sostenible del agroecositema de dehesa.
La cría del toro bravo en México data del Siglo XVI, cuando en 1522 se estableció la primera ganadería del país en Atenco, en el Valle de Toluca, misma que aún se mantiene funcionando. Entre otras ganaderías antiguas se tienen a El Contadero, fundada en 1794, San Diego de los Padres, que data de 1848, y Santín, establecida en 1866.
La plaza de San Pablo, en la Ciudad de México, fue la primera que se construyó, en 1816, de manera fija. En México, el país con el mayor número de plazas después de España, existen 216 plazas de toros activas, siendo 10 de primera categoría, 7 de segunda categoría y 198 de tercera categoría.
En cuanto a capacidad, destaca la Plaza Monumental México actualmente cerrada y en la que no se puede efectuar espectáculos taurinos, está en la Ciudad de México, es la mayor del mundo, con una capacidad para 46,000 espectadores. México es uno de los países en que se realiza el mayor número de festejos taurinos.
En México, la primera corrida se realizó el 24 de junio de 1526, y con la corrida celebrada el 13 de agosto de 1529, se oficializaron las corridas para festejar acontecimientos importantes en pueblos y localidades. En México se realizan en promedio entre 500 y 600 festejos por año. Lidiando entre 2,500 y 3,000 por temporada siendo el 25% novillos.
Los festejos taurinos son parte fundamental de la derrama económica. Se estima que en ferias como la de San Marcos en Aguascalientes y la de León en Guanajuato se tiene una derrama de 3.061 millones y 2.000 millones de pesos, respectivamente. Estas ferias son generadoras de ingresos importantes en cada entidad y de una gran cantidad de empleos. En el caso de la feria de San Marcos, ésta es una en la que sin duda uno de los principales atractivos tiene su base en el sector de bovinos espectáculo y a la cual asisten cerca de ocho millones de visitantes. La feria es organizada en un área total de 90 hectáreas y se considera la más grande y popular de México. En esta feria, uno de los principales eventos es el Serial Taurino.
La Asociación Nacional de Matadores de Toros y Novillos, Rejoneadores y Similares, por su parte, cuenta actualmente con 642 asociados; de quienes 140 son matadores nacionales y 92 extranjeros, 190 novilleros, 85 becerristas, 12 rejoneadores nacionales y 7 extranjeros, 90 forcados y 26 mozos de espadas. Por lo que a la Unión Mexicana de Picadores y Banderilleros respecta, ésta cuenta con 150 asociados; de los cuales 50 son picadores, 65 son banderilleros y 45 puntilleros. Los matadores en activo son casi 200. Los novilleros en activo son entre 100 y 150. Los rejoneadores son entre 25 y 30.
El toro Bravo existe gracias a las corridas de toros. Si se terminan las corridas de toros se extingue el Toro Bravo. La existencia del toro bravo discurre en un ecosistema peculiar, la dehesa, del cual depende. Pero la dehesa también depende del toro bravo. Lo que el toro bravo representa como especie desde una perspectiva ecológica no se considera normalmente, en todo su alcance, en debates acerca de su situación actual. El toro es una de las 270 especies de bóvidos que existen en el mundo que incluyen antílopes, búfalos, bisontes, muflones, cabra montés, etc.- animales entre 2,5 y 1200 kg de peso corporal y representa un “remanente” de la megafauna que caracterizó el período Pleistoceno. Al final de este período, hace unos 15000 años, tuvo lugar la extinción de numerosas especies de esta “gran fauna”: animales espectaculares como mamuts, mastodontes, gonfoterios, perezosos gigantes terrestres, grandes felinos dientes de sable. El toro bravo es legado directo de una de estas extinciones, el uro o auroch, un toro salvaje entre las más de 300 especies extintas conocidas de esta familia Bovidae, que se originó hace unos 23 millones de años en el límite del Oligoceno y Mioceno. El último uro registrado data de 1627 en Polonia, y probablemente el toro bravo es la especie más próxima a él que tenemos; de ahí el papel del toro en estos ecosistemas, legado de esa ascendencia de bóvidos salvajes. Remanentes de esta fauna elefantes, rinocerontes, jirafas, búfalos y una gran diversidad de antílopes persisten aún en África en ecosistemas como la sabana, cuyo paisaje muestra analogías claras con la dehesa española. Son hábitats abiertos con un paisaje que técnicamente se denomina “en dos fases”: extensos pastizales jalonados aquí y allá por rodales de vegetación leñosa y arbustos, junto con árboles aislados esparcidos por todo el paisaje. La megafauna es esencial para el mantenimiento y persistencia de estos ecosistemas; por ejemplo, cuando se extinguen los grandes herbívoros estos hábitats se matorralizan, perdiendo áreas abiertas de pastizal e incrementándose la frecuencia e intensidad de los incendios al ganar cobertura los arbustos y árboles. No sólo eso, hay otros efectos subsecuentes, como el aumento de las poblaciones de roedores y la mayor incidencia de patógenos como hantavirus y otras enfermedades emergentes. Por ello la conservación de los grandes animales (megafauna) es fundamental para garantizar la conservación de estos ecosistemas. Somos afortunados en que nuestros ecosistemas de dehesa aun mantienen al toro bravo como un superviviente de esta megafauna, pero su futuro como especie no está ni mucho menos garantizado.
Bibliografía.- Defensa de la Fiesta Brava-Gabriel Quadri de la Torre El Economista/El toro Bravo y su ecosistema Pedro Jordano-Instituto Juan Belmonte/Naturaleza y Toro Bravo Ángel Martín Vicente.