Se cumplen 25 años del fallecimiento del maestro Antonio Ordóñez, una de las figuras más importantes de la tauromaquia del siglo XX y máximo exponente del toreo clásico e impecable. Antonio Ordóñez, hijo del Niño de la Palma, nació en Ronda (Málaga) el 16 de febrero de 1932. Debutó con traje de luces en público en 1948, en Haro (La Rioja). Tomó la alternativa el 28 de junio de 1951 en Las Ventas, de manos de Julio Aparicio. En el año 1954, II Centenario del nacimiento del torero Pedro Romero, se organizó la primera corrida goyesca de Ronda. Tres años después, en la segunda corrida goyesca, Antonio Ordóñez participó en la terna de matadores. Con el transcurso de los años terminará convirtiéndose en su empresario y principal figura.
Se retiró al final de la temporada de 1968, si bien tuvo una breve reaparición en 1981. Siguió vinculado al mundo de los toros como ganadero, al adquirir su primera ganadería en 1962, y como empresario taurino de la plaza de toros de Ronda y dirigiendo la carrera de su nieto Francisco Rivera Ordóñez.
Falleció en la Clínica Sagrado Corazón de Sevilla el 19 de diciembre de 1998 a causa de un cáncer. Fue incinerado y sus cenizas reposan bajo la arena de la Plaza de la Real Maestranza de Ronda.