Pablo Barrón Lorenzo. suiteinformación.- Qué bonito es cuando se lee historia, leer las dos partes. Sánchez tira de Franco para aliviar las noticias de corrupción que acorralan a su gobierno a su familia y a él mismo.
No es justo recordar solo una parte del Generalísimo, por lo que tirando de hemeroteca, recordemos la otra cara de la moneda…
El 14 de Octubre de 1.957, cuando ocurrió la gran riada de Valencia, Franco estaba visitando Barcelona y viajó a Valencia para ver de primera mano la catástrofe.
Después de ver el estado en que quedó la ciudad se reunió con los ingenieros, mandos militares y civiles en la Capitanía Militar, donde le explicaban los proyectos futuros, los escuchó y les dijo:
eso está muy bien pero Valencia esta intransitable, inhabitable, ¿podrían explicarme ustedes que tienen pensado para retirar todo el barro de la ciudad?
El General Jefe de ingenieros de la lll Región Militar le contestó que tardarían más de tres meses en limpiar la ciudad, a lo que Franco contestó: ¿y se quedan ustedes tranquilos pensando que los valencianos van a pasar la Navidad envueltos en barro? No vemos otra solución mi General, ¿y si dispusieran ustedes de más camiones podrían acabar antes, no es así? Asintieron y el general les dijo: en mi último recorrido de Rota a Jerez me crucé y conté más de 100 camiones transportando material para el puerto de Rota y ésa obra por lo qué tengo entendido está próxima a acabar y los camiones pronto estarán disponibles. Y dirigiéndose a Camilo Alonso Vega ministro que le acompañaba le dijo que llamara al embajador de Estados Unidos y le preguntara si ésos camiones podían viajar a Valencia.
En los siguientes días llegaron 120 camiones de gran tonelaje junto con maquinaria pesada de las bases americanas de Torrejón y Morón, donde habían sido transportados meses antes desde Estados Unidos para la construcción de la base militar de Rota, y contribuyeron mucho a llegar a las Navidades sin barro.
Datos registrados:
3.500 militares zapadores, pontoneros y soldados de regimientos de artillería, con 400 vehículos de todo tipo de maquinaria y 500 marinos de los buques de la Armada llegados a Valencia, cuya misión era abrir caminos, buscar cadáveres y retirar lodo, trabajaron codo con codo junto con los ciudadanos valencianos día y noche durante más de dos meses.
El mismo día de la riada tropas de la base aérea de Manises navegaron con barcazas por la zona del puente de Campamar rescatando a 44 personas.
La primera ayuda fue el mismo día 14 en que llegaron 40.000 raciones de pan de otras poblaciones, horas antes de la segunda gran tromba de agua.
Fueron instalados 100 barracones en la Malvarrosa para alojar a los soldados, mientras, llegaban víveres de toda España por tierra mar y aire incluido el portaviones norteamericano «Lake Champlain» de la Vl Flota del Mediterráneo, que estuvo fondeado frente a la ciudad y desde donde 20 helicópteros de transporte llevaron 180 toneladas de víveres enviados por Estados Unidos a los centros de alimentos instalados por la ciudad.
El Ministerio de Obras Públicas envió volquetes, vagones, tractores palas, orugas palas, excavadoras, equipos de iluminación, camiones cisterna, talleres móviles, etc.
Los primeros bomberos que lograron entrar en la ciudad eran de Cartagena, Alicante, Castellón, Zaragoza, Madrid, Murcia, Teruel y Albacete.
Las poblaciones marinas costeras, que se quedaron sin hogar unas 5.000 personas, fueron alojadas provisionalmente en las instalaciones de la Comandancia de Marina y Puertos y otras 500 en los cuarteles de la Base Aérea de Manises
Se construyeron albergues y residencias dotadas con servicios médicos hasta que estuvieran listas las viviendas sociales.
La República Francesa envió cinco toneladas de medicamentos y un buque carguero de la Armada francesa con víveres.
Desde Teruel partieron en un solo día 32 camiones con provisiones de todo tipo.
El Banco de España y el Consorcio de Compensación de Seguros pagaban las primeras indemnizaciones a los ocho días de la riada y el Instituto Nacional de Previsión (la actual Seguridad Social fundada en 1963 ) montó puestos de socorro en toda la ciudad atendidos por médicos de toda la región junto con médicos de la Armada.
Quedaron prohibidos los desahucios de viviendas por cualquier motivo.
Durante la reconstrucción se construyeron 1.500 viviendas sociales en la ciudad y 1.000 más en la provincia para los que perdieron sus casas.
Durante ése tiempo se recaudaron en donaciones 207 millones de pesetas, de ellos 187 de toda España, y 20 millones, de españoles desde fuera de nuestro país.
Hubo deducciones fiscales, moratorias, subsidios, anticipos y préstamos y se nombró un ministro sin cartera, Pedro Gual Villalbí, como delegado permanente para la reparación económica de los daños a los ciudadanos de Valencia y el 23 de Diciembre el Consejo de Ministros firmó el decreto de «Adopción de Valencia», dotando con 300 millones de pesetas más a la comarca y otorgó a Valencia un régimen especial en todos los órdenes, especialmente administrativos y de Hacienda .
Los 4.000 militares recibieron el apodo de «la quinta del barro», ellos y los ciudadanos limpiaron más de un millón de toneladas (1.130.000 ) de barro, una gran parte contaminado de petróleo y productos químicos., Se calcula que el caudal del Turia más el de Carraixet sumaron más de 6.000 metros cúbicos (seis millones de litros) por segundo ..
Todos los hechos arriba mencionados son rigurosamente ciertos, y así constan en los relatos y memorias públicas de algunas autoridades civiles y militares que estuvieron en Capitanía Militar aquel día y vivieron esos acontecimientos entre ellos Vicente Mortes Alfonso, 36 años, ingeniero valenciano al que Franco encomendó la labor de la reconstrucción de la ciudad.
Pueden también encontrarlos en los Archivos Históricos, las Bibliotecas Públicas incluidas las de Ingenieros de Caminos Canales y Puertos y en los BOE-A de 1957.
Posiblemente lo otro sea cierto, pero esto también y también es memoria histórica.