Manuel Recio Abad. suiteinformación.- El diccionario de la RAE define la expresión toma y daca como “Trueque simultáneo de cosas y servicios”. La Unión Europea y sus Estados miembros han proporcionado un apoyo significativo a Ucrania desde el inicio de la guerra en 2022. Hasta 2025, se estima que la UE ha comprometido más de 60.000 millones de euros en diferentes formas de asistencia, que incluye haber financiado el suministro de armas, municiones y equipo militar a Ucrania. Además se han destinado fondos para ayudar a los desplazados internos y a las personas afectadas por el conflicto, incluyendo alojamiento, atención médica y alimentos. La UE ha proporcionado paquetes de ayuda financiera para estabilizar la economía ucraniana y apoyar reformas.
Aunque no es un fondo directo para Ucrania, las sanciones impuestas a Rusia también han supuesto como principal objetivo debilitar su capacidad para continuar el conflicto y, por ende, apoyar indirectamente a Ucrania. Sin embargo, ¿Cuánto han pagado la UE y sus países miembros por el suministro de gas e hidrocarburos en ese mismo tiempo a Rusia? Desde el inicio de la guerra en Ucrania, en febrero de 2022, se estima que los Estados miembros de la Unión Europea han abonado colectivamente más de 200.000 millones de euros a Rusia por la importación de petróleo, gas y otros hidrocarburos. Esta cifra incluye todas las compras realizadas por los países de la UE durante este periodo. Es decir que la ayuda financiera a Rusia casi ha cuadruplicado la prestada a Ucrania. ¿A quien pretenden engañar?
A pesar de los esfuerzos por reducir la dependencia del gas ruso, la UE continuó realizando pagos significativos a Rusia por estos recursos energéticos durante los primeros años del conflicto. Sin embargo, es importante mencionar que la proporción del gas ruso en las importaciones europeas ha disminuido con el tiempo. Estaría bueno que no fuera así.
La muerte ajena siempre se siente como un hecho lejano. Más es un trance por el que todos hemos de pasar tarde o temprano. Causa espanto la frialdad y falta de humanidad observada cuando se reportan los fallecidos a causa de las cotizadísimas bombas de todo tipo. La Agencia de Adquisiciones y Apoyo de la OTAN establece que el costo máximo por cada misil es de 5,4 millones de euros sin IVA. Ahora la Unión Europea está juntando para aumentar el presupuesto de defensa hasta los 800.000 millones de euros. Lo pagaremos entre todos.
Destrucción y más destrucción para volver a construir lo destruido. Un gran negocio para gente sin alma sin capacidad alguna para valorar en su justa medida el daño que ocasiona la muerte y el sufrimiento humano.
Pero más llama la atención cuando los líderes de las dos superpotencias, Rusia y EEUU, Vladimir Putin y Donald Trump, coinciden en alcanzar acuerdos para poner fin a la guerra en Ucrania y ambos dos resultan insultados, calumniados, menospreciados y vituperados por los mediocres voceros de medios de comunicación subvencionados y también por políticos de medio pelo que intentan justificar su apoyo a la guerra en el temor a futuras invasiones y conflictos armados, por ellos mismos provocados con esas políticas tan absurdas como cortoplacistas.
Hay una palabra argentina, un término coloquial, que la RAE ha incorporado. Este es “despolete». En el contexto de la jerga argentina, se usa para describir una situación de gran desorden o caos, especialmente cuando algo se descontrola de manera imprevista. Se emplea comúnmente para referirse a situaciones de mucha agitación o confusión, ya sea en el ámbito personal, social, político o incluso en eventos inesperados.
La actuación de la Unión Europea ante la nueva y sorpresiva acción pacificadora del tándem Trump/Putin, es un DESPOLETE.