REDACCION. M. Recio. suiteinformación.- No es necesario ser un avezado analista político ni un ilustrado pensador de esta ciencia, para intuir que algo fuera del guion, que nos están dando, va a ocurrir.
Percibí cierta tranquilidad en los gestos de S. M. el Rey cuando recibió en audiencia oficial a Alberto Núñez Feijoo en La Zarzuela para encargarle la formación de gobierno, caso de conseguir la mayoría parlamentaria suficiente. También note al acabar, un Núñez Feijóo con más aspecto de presidente que de candidato perdedor/ganador.
¿Qué ocurrió en el despacho del Jefe del Estado?
Para multitud de españoles la figura del Rey de España no es más que una figura decorativa. El Rey reina pero no gobierna. Sin embargo no hay que olvidar que además de monarca el Rey de España es, porque así lo recoge la Constitución de 1.978, Jefe del Estado y Capitán General de los tres ejércitos. Es el garante por lo tanto de la unidad territorial y si bien no hay que temer a una asonada militar, no es menos cierto que tiene acceso a una información que no está al alcance de cualquiera. Pedro Sánchez se ha convertido, sin el saberlo pero si quererlo, en el enemigo político a batir. No ha tenido tiempo de desarrollar la completa reconversión de su partido. Controla los paniaguados mandos y probablemente a gran parte de sus bases, pero no todo su electorado ve con agrado sus tretas y artimañas llegando a acuerdos de gobierno con comunistas y con los que no quieren pertenecer a España. Precisamente eso es lo que saben de forma indubitada los que un día pusieron al Partido Socialista Obrero Español en órbita a partir del año 1.982 con Felipe González a la cabeza. Los antiguos barones y también muchos de los antiguos fontaneros socialistas le quieren fuera del partido.
Winston Churchill decía: “Hay tres tipos de enemigos: los enemigos a secas, los enemigos a muerte y los compañeros de partido”. A Pedro Sánchez le gustaría sacar de su bancada a compañeros de partido que no disimulan su desacuerdo con la deriva del sanchismo galopante.
Con toda seguridad la libertad de voto no sujeta a disciplina, daría al traste con las pretensiones de Sánchez Castejón de formar gobierno. Despectivamente a este desencuentro le han venido a llamar “dar un tamayazo”. Pero….qué ocurría si el vecino de Waterloo no se dejara engañar?. ¿Y si los votantes, dirigentes y afiliados de Juntos por Cataluña se acordarán de que su independentismo es de corte liberal y aman la economía de mercado y….la pela es la pela?
Algo importante se ha cocido ya. Pronto lo sabremos. El paso de Núñez Feijóo, a todas luces timorato, de buscar un acuerdo con Sánchez Castejón era necesario para dejar bien claro que él es la espina dorsal, el futuro causante, del entreguismo y la fragmentación territorial del Estado, cosa que muchos de sus propios dirigentes, votantes y compañeros, no admiten.
El verdadero problema está dentro del PSOE, no fuera. Tiempo al tiempo.
La trampa ya está preparada. M. Recio.