Manuel Recio Abad. suiteinformación.– La comedia más bufa jamás celebrada en forma de congreso político, acaba de celebrarse en Sevilla Este. Para vergüenza de los sevillanos y para todos los españoles con sentido y sensibilidad, hemos tenido que escuchar frases que quedarán escritas en los anales de la política más hipócrita, irresponsable y mentirosa de la historia democrática española.
Comencemos por el final. En la clausura del remedo congresual se cantó con gozo “La Internacional», ese vetusto himno socialcomunista revolucionario que aún huele a sangre y tierra quemada, con deseos de perpetuar un símbolo de la lucha de los pobres trabajadores y movimientos obreros a lo largo de la historia y que han convertido en “la gallina turuleta” para estupor de camaradas irredentos. Su letra original escrita por el poeta francés Eugène Pottier en 1871, poco después de la salvaje y asesina Comuna de París, un levantamiento popular que buscaba, como no, establecer un gobierno socialista en la capital de la revolución burguesa: Paris, fue complementada por la música compuesta por Pierre De Geyter en 1888. Una música que no suena mal pero con una letra que hiela las entendederas, por extemporánea y violenta en boca de socialistas y comunistas anti demócratas que no quieren ver la realidad actual.
A lo largo del tiempo, la “Internacional» ha sido traducida a muchos idiomas y adaptada a diferentes contextos políticos a conveniencia siempre de la ideología más extrema, puño en alto, marxista leninista. Aunque ha perdido algo de popularidad en algunos círculos, cosa lógica, sigue siendo un himno tarareado, pues pocos conocen su letra, en manifestaciones y eventos siempre relacionados con el socialismo, el comunismo y movimientos que autodenominan como progresistas , alrededor del mundo. Que triste.
La letra de «La Internacional» en español dice:
“Levantaos , parias de la tierra,
¡enfadados de la miseria!
¡A trabajar, a luchar!
¡el mundo ha de cambiar!
Que el hombre por el hombre no sufra más”. Aplique el lector lo leído a eso que el PSOE hoy esparce por el suelo patrio. Ridículo, hipócrita y banal. Continúa así:
“No hay salvación en el cielo;
no hay salvación en el rey.
La justicia es nuestro lema,
y su fuerza es nuestra fe.
«Los que mueren por la libertad”. Esto ya provoca hilaridad. Pero con el estribillo se alcanza la meta onírica:
“Es la lucha final!
¡El género humano
es la humanidad!
¡A la lucha final!
¡El género humano,
es la humanidad!”. Sic.Sobran comentarios.
La estructura organizativa y el hacer, actualmente mafioso del PSOE, no daba para más. Una fiesta, otrora congreso, diseñada para loor y gloria del jefe supremo, el número 1. ¿Ponencias?, ¿comisiones? ¿Acuerdos aprobados en el pleno? Nada de nada. Solo una propuesta absurda por impracticable en el actual Estado Autonómico: la creación de una empresa pública de la vivienda.
Quieren tachar, eliminar del mapa la ideología liberal con todo lo que ello significa. La exclusión por bandera y la imposición del pensamiento único. El ataque al poder judicial se ha adherido al pensamiento socialista como lo hace el chocolate a la vesícula biliar y al hígado. Solo buscan crear la vía libre, dejar el camino expedito para la consecución de los fines poco confesables de sus dirigentes. Abajo la ley, los tribunales y el Parlamento.
Permanezcamos no obstante atentos a las inevitables e ineludibles resoluciones judiciales.
Un ruego se oyó por megafonía a la finalización del evento: “Por favor, devuelvan sus anteojeras a la salida!”.
Vaya partido.