Xavi Altamirano. SUITE INFORMACION.- Aclaro en primer lugar mi opinión personal sobre el «Niño de Los Aranceles « Este tío es lo peor que ha aparecido en la escena internacional desde que nacimos los que hoy lo podemos sufrir, y hemos tenido muchos personajes en la historia reciente, digna de ser odiada.
Es un desalmado engreído, cuya actitud es resultado de una soberbia descontrolada; tiene una falta de humanidad manifiesta unida a un complejo de superioridad, solo comparable con el de su — semicolega al día de hoy — Putin.
Pero está aquí con todos nosotros. No está lejos. No está en el Norte. Está aquí y además es el que tiene la sartén por el mango. Es el que ha echado el órdago al resto del mundo, queriendo transmitir que «aquí el que manda soy yo».
Tenemos que pensar en que el resto de los humanos estamos representados por personajes como Pedro Sánchez, Giorgia Meloni, Emmanuel Macrón, Keir Starmer. . . . los cuales nunca en su vida han manejado una «empresa», ninguno ha pagado una nómina a ningún empleado, ninguno sabe que un país es una empresa que solo se diferencia de una mercantil, en que los beneficios deben ir destinados a mejorar servicios públicos «no a aumentar la maquinaria administrativa para crear más ministerios y conseguir mas puestos de asesores para amiguetes» Además, los subalternos que tienen cerca son mucho peores, son estómagos agradecidos que a todo dicen que sí, antes de perder los sueldecitos.
Por otro lado, los medios de comunicación subvencionados solo repiten las frases hechas que oyen a sus benefactores.
Y peor aún, para más preocupación, los que supuestamente pueden tener cierta capacidad de análisis, como son los economistas reconocidos como expertos financieros, no coinciden en sus declaraciones sobre los resultados de esta Guerra Mundial Económica.
El resultado de este razonamiento es que los españolitos de a pie estamos sentados en el banquillo del equipo perdedor; ni siquiera nos van a sacar a jugar unos minutos. Y al frente del equipo ganador está este loco, que es el único que ha demostrado que sabe ganar dinero.
Y esta guerra va justo de eso
La otra guerra es improbable, pero no impensable.
Dios nos coja confesados.