Manuel Recio Abad. suiteinformación.- No sólo son raras la tierras en esta guerra más civil que otra cosa, entre hermanos rusos y ucranianos. Una guerra indeseada para todos, pero de la que se pretende obtener algo tras un proceso de paz que hoy se antoja tan lejano como poco probable. Aún resuenan los ecos de la gresca en el despacho oval de la Casa Blanca.
Según las estimaciones actuales, entre 174,000 y 420,000 personas han muerto en el conflicto entre Ucrania y Rusia desde su inicio. Se desconoce su número exacto. De este total, se ha confirmado la muerte de más de 62,000 soldados ucranianos. Además, hasta febrero de 2025, se han reportado más de 12,600 civiles muertos y más de 29,000 heridos, incluidos al menos 2,400 niños. El ejército ruso ha ocupado además de la península de Crimea, ciudades clave como Melitopol, Mariupol, Donetsk, Lugansk y una menor porción territorial cerca de Jarkov. En definitiva toda la zona blanca donde las familias contrarrevolucionarias y partidarias del Zar, fueron a vivir tras la revolución bolchevique del 14. Más rusas es imposible. En total, Rusia tiene actualmente el control del 18,5 % de Ucrania.
Instituir un cese al fuego inmediato podría proporcionar un espacio para la negociación y así reducir la violencia. Esto permitiría a las partes involucradas discutir soluciones sin la presión del conflicto armado. ¿Es consciente el presidente Zelenski de ello?.
Ambas partes tendrían que estar dispuestas a hacer concesiones aceptando el papel de árbitro moderador de EEUU y la posición no beligerante del resto de Europa. Esto no tendría por qué excluir las necesarias discusiones sobre la autonomía regional, la desmilitarización de ciertas áreas o fijar un definitivo estatus para Crimea.
La comunidad internacional, incluidos organismos como la ONU, la OTAN y la UE, podría desempeñar un papel importantísimo de primer orden en la mediación del conflicto y en proporcionar garantías de seguridad para ambas partes.
Después de alcanzar una tregua, se necesitaría un plan sólido para la reconstrucción de las áreas afectadas y el apoyo a los desplazados por el conflicto. Abordar los posibles crímenes de guerra que se hayan cometido y garantizar que haya justicia, puede ayudar a sanar las heridas del conflicto y facilitar una paz duradera.
La UE puede y debe proporcionar asistencia financiera, humanitaria y militar a Ucrania. Esto incluye ayuda para la reconstrucción de infraestructuras devastadas, así como apoyo a los desplazados por el conflicto, promoviendo la integración de Ucrania en las estructuras europeas, lo cual podría ser un incentivo para la paz. También sería muy conveniente facilitar el acceso a mercados europeos y ofrecer perspectivas de membresía en la UE, trabajando en conjunto con otros actores internacionales, como la ONU y la OTAN, para coordinar esfuerzos de respuesta y mediación en el conflicto.
La UE debe asegurarse de que se respeten los derechos humanos durante esta etapa del conflicto, apoyando misiones de observación que documenten violaciones y garanticen justicia.
El Holodomor mató a más de un millón y medio de ucranianos a principios de los años 30 del siglo XX, víctimas de la hambruna y enfermedades, una acción planificada por Stalin, por lo que amplios sectores de la población han sido desde entonces abiertamente anticomunistas, por ello en 1941 se recibió al ejército alemán nazi como auténticos libertadores. Acabada la Segunda Guerra Mundial toda Ucrania era soviética. En 1991 con el colapso económico de la URSS se celebró un referéndum y con un resultado favorable de un 92,3 % a favor, Ucrania se convierte en un país independiente, incluyendo a Crimea, que nunca había pertenecido a Ucrania, si bien dependía de ella sólo por reorganización administrativa. La inestabilidad política y la corrupción ha sido una constante en el país, hasta estallar en 2004 la Revolución Naranja y más tarde la Revolución de la Dignidad,también conocida como del Euromaidán, con enfrentamientos violentos que dejaron más de 130 muertos, 18 de ellos policías. Desde entonces tanto en Crimea como en Donbas, se formaron milicias armadas que proclamaron su independencia, comenzando una guerra civil que ha estado activa hasta 2022.
Algo de historia siempre es importante para conocer el por qué de ciertos hechos.