Manuel Recio Abad. suiteinformación.- Cuando en cualquiera de los deportes practicados por aficionados, la hinchada del equipo que iba venciendo cantaba una canción castigadora utilizando el nombre del equipo perdedor, esta decía así: «¿Adonde está…..que no lo veo?». «Está cogiendo yerba pa sus conejos”. Los sucesos ocurridos recientemente demuestran que cuando el pueblo se rebela y coge el palo ya no lo suelta. Hablamos de pueblo llano, espontáneo, que pierde la contención educativa, el respeto debido y el temor reverencial. Entonces agárrate que vienen algo más que curvas. Se han acabado las rectas y han llegado las curvas.
Las dos grandes formaciones políticas alternantes en el poder desde 1982, el Partido Socialista Obrero Español y el Partido Popular zozobran. Están siendo presas de sus propios y respectivos errores. Analizarlos darían para dos tesis de doctorado en Ciencia Política y de la Administración.
La información se está centrando en la tragedia y la situación en Valencia, con lo cual los jueces y magistrados de instrucción están trabajando con más tranquilidad en sus sumarios. Toda España y el resto de Europa ha podido comprobar no ya el funcionamiento de un Estado fallido, sino la actuación de los que están al frente de él: auténticos forajidos. Es muy posible que algunos empedernidos votantes socialistas nunca dejen de serlo. Es posible que les interese creer que quienes se mostraron violentos con su líder pertenecían a un grupo organizado de extrema derecha. Saben que no es así, porque con seguridad se habrán reconocido en el tipo, las maneras y el estilo sindical piquetero de los actuantes. Nada de previa organización, pura y genuina improvisación y eso lo saben los millones de votantes socialistas que a estas alturas ya conocen a la perfección quién es su líder y de que pie cojea. Poner un muro entre españoles solo sirve para sembrar vientos y recoger tempestades.
El Partido Popular, como buen atrapalotodo, intenta recoger el voto renegado del cajón socialista, intentando dar una imagen de centro izquierda progresista ridícula y extemporánea, que sus votantes ni entienden ni comparten. El centro político fue fruto del ingenio de un Adolfo Suárez en estado de gracia y como casi nadie de UCD llegó a entenderlo de verdad, con él se marchó. Hoy se le llama al pan, pan y al vino, vino. Aparentar ser gato cuando eres un tigre es ridículo y peligroso. Las intervenciones en los plenos de control al Gobierno lo demuestran. Hoy una nueva patata caliente ha sido depositada por el maquiavélico Sánchez en las manos de Nuñez Feijoo: sin aprobación de presupuestos generales del Estado, no hay posibilidad de destinar a reconstruir lo arrasado, los 10.600 millones de euros. No digamos los 31.402 millones que solicita el atribulado Carlos Mazón.
El Centro de Investigaciones Socialistas, perdón, Sociológicas, el variopinto y sorprendente CIS, que dirige el incombustible José Felix Tezanos, debiera hacer una consulta seria sobre intención de voto después de lo ocurrido. No toca, ¿no es cierto?
Pues a ver qué pasa en las próximas elecciones generales.
¿Habrá sorpresas?.
Seguro.