- Dave Proctor.- Tanto la Global Solo Challenge (GSC) como su fundador, Marco Nannini, están entusiasmados con la idea de proporcionar un fantástico desafío deportivo que atraerá el interés mundial pero que, simultáneamente, se llevará a cabo sobre una base ecológica y sostenible, probando que esta filosofía supone un beneficio tanto para los participantes, como para los patrocinadores, seguidores e, incluso, de cara a la organización de futuros eventos.
Con este objetivo, la GSC se ha asociado con TÜV Thüringen Italia, una autoridad certificadora independiente que verificará el cumplimiento de las normas internacionales ISO 20121:2013. Este estándar fue creado siguiendo el protocolo inicial de sostenibilidad definido para los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Londres 2012.
Con este espíritu, la GSC ha adoptado diferentes soluciones para argumentar su reivindicación en pos de la sostenibilidad. Con la intención de minimizar los viajes internacionales, los miembros del equipo trabajan a distancia o en La Coruña. El formato del evento anima a los participantes a utilizar embarcaciones de segunda mano o ya existentes, además de garantizar que no haya ninguna ventaja por la compra o construcción de un barco nuevo específico para la regata. Los barcos deberán ser transportados hasta la línea de salida en La Coruña, España, por mar, debiendo ser llevados hasta allí por sus patrones. Tampoco habrá ningún contenedor siendo enviado alrededor del mundo para seguir a la flota como en otras regatas con escalas.
Muchos de los participantes de la GSC están interesados en aplicar medidas para ser lo más respetuosos posible con el medio ambiente durante su aventura.
El galés Daffyd Hughes tratará de completar su desafío consiguiendo, de alguna manera, un total de cero emisiones totales a su llegada. Es probable que trate de compensar las emisiones residuales de carbono, aunque aún no se ha pronunciado sobre cómo lo conseguirá.
El estadounidense Peter Bourke está estudiando la posibilidad de pasarse a lo eléctrico, mientras que el belga Eduard De Keyser está desarrollando más ampliamente este concepto, como se puede demostrar tanto en la elección de su barco como en el espíritu de reciclaje con que abarca su proyecto.
Un participante que está aplicando radicalmente esta filosofía «verde» y que ha concluido sus planes es el inglés William Croxford.
Llamé a Will para la redacción de este artículo y me transmitió lo siguiente:
Cuando empecé a hablar con Will Croxford, uno de los participantes en el Global Solo Challenge (GSC), se mostró como una persona amable, haciéndose patente su firme determinación cuando tratamos el tema de la GSC, el medio ambiente marino y sus propios objetivos. Quiere ser el primero en navegar alrededor del mundo, y completar el viaje, sin ningún tipo de combustible fósil a bordo, incluso hasta el punto que no va a utilizar una cocina de gas convencional.
Otros navegantes ya han reclamado este reconocimiento, y no sé si Will será calificado como el primero, el segundo o el tercero en navegar alrededor de la Tierra, sin escalas y libre de combustibles fósiles, dejaré este nombramiento para otra persona.
Sin embargo, su escalafón en esta clasificación es irrelevante debido a que su mensaje general es suficientemente claro. Explica que es un conservacionista apasionado y que quiere demostrar al mundo lo que se puede lograr utilizando las tecnologías que tenemos disponibles. También está interesado en apoyar la investigación sobre el calentamiento global y la contaminación marina, estando actualmente en conversaciones con una universidad sobre los distintos proyectos que podría incorporar en su aventura.
Will ha comprado un Frers 45, llamado Echo Zulu, que tiene aproximadamente la misma edad que él, 33 años. El Echo Zulu se encuentra actualmente en seco mientras se lleva su preparación de cara a cumplir las horas de navegación necesarias para su calificación antes de que el desafío comience el próximo septiembre de 2023.
Explica que su barco estará equipado con un sistema solar de 700 W y con un hidrogenerador. Según sus cálculos, este sistema proporcionará la suficiente energía en los días soleados a través de las placas solares que recargarán el banco de baterías y que, cuando no haya Sol, será el hidrogenerador el encargado de generar la energía necesaria mientras esté navegando.
El barco estará equipado con un motor eléctrico de potencia equivalente al original motor diesel de 55 cv. El barco no llevará un generador de reserva.
Para evitar tiempos de cocción prolongados y asegurarse de que esto no agote sus baterías, toda su comida será liofilizada, por lo que necesitará usar poca energía para hervir el agua con que preparar su comida. Para tal fin, dispondrá de un inversor de modo que la «cocción» se realice en una placa de inducción o en una hervidora eléctrica. Gracias a los alimentos liofilizados no necesitará nevera, aunque planea llevar una caja fría.
Del mismo modo llevará un sistema de calefacción eléctrica con uno de los calentadores colocado estratégicamente bajo la litera principal, con la intención de maximizar el calor que recibe y no desperdiciar energía calentando toda la cabina y el casco.
Le pregunté acerca del barco y de cómo disfruta navegando en él y admitió que tiene una relación amor/odio, que lo ama el 80% del tiempo.
Le encanta navegar en él y calcula que podría alcanzar hasta los 15 nudos una vez que le haya dado la nueva pintura antiincrustante, de ahí el 80% de amor. No obstante, como con la mayoría de los barcos, el suyo le ha causado distintos problemas durante su preparación, de dónde sale el 20% de su desamor.
También le otorga las mismas proporciones a su anticipación para formar parte de la GSC, mayoritariamente entusiasmado aunque con algunas notas de nerviosismo. Admite que no ha pensado demasiado sobre este aspecto, ya que tiene suficiente con la preparación del Echo Zulu.
Will está muy agradecido con sus actuales patrocinadores, en particular con Kingfisher por el aparejo de eco-Dyneema y con Ocean Coatings por la pintura antiincrustante de base siliconada sin biocidas. Sin olvidar a Haslar Marina por el amarre, a Iridium Communications, a Imray Maps y al asesoramiento de North Devon Sail Electric respecto a los sistemas electrónicos. Sin embargo, apunta que todavía quisiera atraer a un gran patrocinador.
Esto me sorprende, ya que habría pensado que cualquier empresa importante que quisiera embellecer sus credenciales ecológicas en un proyecto tan valioso y mundial habría estado dispuesto a respaldar a Will y su desafío.
Will también me manifestó lo agradecido que estaba con Marco Nannini y la GSC por crear el desafío, por sus políticas ambientales y por permitirle seguir su sueño de navegar alrededor del mundo en solitario, sin escalas y sin tener ningún combustible fósil a bordo.