Hay dos hipótesis plausibles. Primera, Marc Márquez está evaluando su rendimiento con un motor más pequeño para pensar de inmediato en el Campeonato del Mundo de MotoGP. Una prueba antes de volar a Estados Unidos y volver al RC213V. O ambas son los primeros pasos hacia una recuperación más cautelosa antes de Portimao en menos de tres semanas.
Durante esas horas Marc Márquez se sometió a otro reconocimiento en Barcelona por el dr. Sánchez Dalmau, para seguimiento de la parálisis del cuarto nervio óptico derecho. Esta vez su enfermedad fue menos grave que el pasado mes de noviembre, cuando se cayó de su motocross durante un entrenamiento en Lleida. Tanto su hermano Álex como el director técnico Alberto Puig se muestran optimistas en sus últimas declaraciones al respecto. Pero no pueden estar seguros, pero están esperando una respuesta de los médicos.