Corrida impecable de presentación, seria y bien armada, dura, complicada, muy exigente y de juego variado, que en líneas generales, a excepción del sexto, peleó bien en el caballo. Hubo un tercero con grandes posibilidades, y un quinto bis, peligroso y listo, que no regalaba nada, que llevó la pasión a los tendidos.
Tarde importante de Fernando Robleño, que volvía después de veinte años. Muy firme y con torería ante un manso rajado que no duró mucho. Lección de maestría profesional ante un manso a la huida, en una faena de mucho mérito empañada con la espada.
Damián Castaño se la jugó en el peligroso y exigente quinto bis, en una pelea vibrante y apasionante que llegó con fuerza a los tendidos. La tanda de más verdad de la feria llegó en este toro. Cortó una oreja de peso. En su complicado primero estuvo decidido y valiente.
A José Garrido se le fue el toro con mejores condiciones muleteras del festejo en un trasteo frio y con poca determinación, mal rematado con los hierros. El inválido sexto no dio opciones. Alguien me tendrá que explicar que hace el extremeño en tantas ferias.
Dolores, sin conseguir el nivel de Vic, llevó a los tendidos la emoción y la integridad del toro encastado. Damián Castaño sale muy fortalecido, y Fernando Robleño, con el borrón de la espada, cuajó una tarde muy interesante de madurez torera.