Manuel Recio Abad. suiteinformación.- Empiezo esta crónica como debería haberla terminado. Lo creo necesario. Cuando un matador de toros ha triunfado y está dando la vuelta al ruedo, se le tiran flores, sombreros y cualquier otro objeto como regalo o muestra de admiración y reconocimiento por su labor, jamás una almohadilla. Eso denota mal gusto y ser un pésimo aficionado.
España cuenta con un patrimonio arquitectónico singular y de gran importancia representado por sus plazas de toros. La de San Roque es uno de los sumandos. Se inauguró el 20 de agosto de 1853, siendo una de las más antiguas de Andalucía y la segunda más antigua de la provincia de Cádiz. Su nivel de conservación es alto pero es necesario modificar los corrales, especialmente sus chiqueros y con carácter de urgencia,pues su actual estructura impone hacer el sorteo de los toros antes de desencajonarlos para el reconocimiento. Obliga a ir enchiquerando en orden inverso al de la lidia. Si un toro es declarado por los veterinarios como no apto, es imposible restablecer el orden de salida al ruedo. Esto complica bastante la organización del empresario por la imposibilidad de adaptarse al Reglamento Taurino.
En tarde soleada y fresca y un ligero viento de levante, con algo más de media entrada, el pasado sábado día 10 de agosto, se lidiaron seis toros del hierro de Albarreal, de procedencia predominante Marqués de Domecq, ganadería onubense propiedad de la familia García Palacios, de regular presencia, con variedad en sus capas y cómodos de defensas en general, destacando los lidiados en segundo, cuarto y sexto lugar. El resto muy justos de raza y fuerza, sin bien carentes de transmisión pero que embistieron y humillaron con nobleza. Salvo el primero cumplieron suficientemente en varas, alguno de ellos con un único y largo puyazo.
Abría cartel Daniel Luque. Lo vi en esta plaza actuando como novillero. Han pasado los años y el de Gerena se ha cuajado en un gran matador de toros. También estuve presente al tomar la alternativa en Nimes en 2007, de manos de Julian Lopez “El Juli” actuando como padrino y Sebastian Castella de testigo. No ha variado en lo esencial su forma de torear. Es el maestro de las distancias. Siempre las justas y necesarias. Incluso para entrar a matar se coloca donde cada toro exige y por ello ejecuta el volapie a la perfección. Ayer en su segundo toro se pudo contemplar todo lo expuesto. El primero de su lote, número 11, negro mulato y “Mangón” de nombre fue el de más cara y menos fuerza del encierro. Casi nada pudo hacer Luque ante el soso y parado ejemplar de Albarreal. Recibió un puyazo. El de Gerena lo cuidó durante toda la faena de muleta,llevándolo muy toreado con derechazos a media altura y muy cerca de los pitones arrancándole cada pase. Mató de una perfecta estocada. Petición, saludo desde el tercio y renuncia a dar la vuelta al ruedo que el público le solicitaba.
Le seguía en el cartel el torero De San Fernando, David Galván, al que correspondió el número 76, “Logrado” un toro colorao que para mi gusto fue el mejor. Lo recibió con una serie por verónicas muy ajustadas rematada con media. Tras un buen puyazo hizo un quite por chicuelinas. Tras varios desarmes, pues le cuesta coger el fuerte ritmo del toro, consiguió una completa faena con ambas manos aprovechando la buena clase de su oponente que va a más. Remata con ayudados por alto y consigue media estocada fulminante. Dos orejas.
Completaba la terna el diestro peruano Joaquín Galdós. El primero de su lote fue un negro mulato, de nombre “Bogotanero”, número 29, que remató de salida en los burladeros y al que recibe el limeño con buenos lances a la verónica en los medios. Se emplea bien el de Garcia Palacios en el caballo, empujando y metiendo los riñones negándose a soltar el peto. Un segundo tercio con desbarajuste da paso a una faena de muleta voluntariosa con buenos detalles de gusto tanto con la derecha como al natural. Con tandas de mano baja y bien rematadas con molinetes y pases de pecho. El astado se va parando y se aquerencia en tablas. Estocada en buen sitio. Oreja.
Tras un descanso de quince minutos para degustar la tradicional merienda campogibraltareña, saltaba al ruedo el cuarto toro de la tarde “Bienmanchado” , marcado con el número 7, cárdeno ojalado, bizco, de bonita lámina, al que Daniel Luque para lanceando con suaves verónicas, andándole hasta llegar a los medios donde remató con una gran media. Luque ordena cuidarlo a su cuadrilla y así lo hacen picador y subalternos . Un picotazo y dos pares de banderillas . Ve faena y así fue; tras brindar la lidia y muerte del albarrealeño a José Javier Nuñez Cervera, ganadero y fundador del hierro de La Palmosilla, da inicio a su faena de muleta con estatuarios por alto a dos manos. Varias tandas de derechazos en el tercio, rematados con molinetes y pases de pecho con cambio de mano. Pases en redondo de absoluto dominio y temple. Un buen y noble toro al que Luque enseña por donde y cómo debe embestir y lo hace humillando y con ritmo. Remata la faena por luquesinas, marca de la casa, rozando la taleguilla los pitones y que consiguen poner de pie al respetable con una gran ovación. Estocada perfecta que hace rodar al toro sin puntilla. Petición clamorosa. Dos orejas y rabo. Mejor imposible.
El quinto de la tarde, segundo del lote de David Galván, de nombre Cardan y número 57, alto y avacado, negro mulato y fuera de tipo y de incierta embestida. Desarmó al matador en dos ocasiones y aún sin fuerza manifiesta recibió dos puyazos. Con la muleta tuvo sin embargo recorrido y nobleza, lo que aprovechó el diestro gaditano para cortar una oreja tras cuajar una faena llena de ganas y ambición. Circulares invertidos resultando prendido en uno de ellos sin consecuencia. Pronto se raja y acula en tablas alargando Galván la faena innecesariamente. Pinchazo y estocada desprendida y delantera. Una oreja.
Cerraba plaza “Canastero”, negro bragado, con el número 10 en el costillar. Galdós sale a por todas. Quiere acompañar a Luque y Galván en sus salidas a hombros. Salta al ruedo el de Albarreal con muchos pies y rematando en los burladeros. Hace bien el toreo a la verónica el peruano. Brinda al público e inicia la faena con doblones por bajo flexionando las rodillas de buena factura. Tandas de derechazos y correcto toreo al natural, circulares invertidos. Naturales llevándolo muy toreado con la mano baja y rematando el pase por detrás de la cadera. Realiza un buen toreo con temple y sentido de la ligazón. Estocada casi entera algo desprendida. “Canastero” tarda en doblar y va hacia tablas con la compañía del matador que coloca su mano derecha en el lomo reconociendo su bondad y bravura. Dos orejas. Misión cumplida.
Esto fue todo desde San Roque, la ciudad donde reside la de Gibraltar y en la que se está celebrando su Real Feria en honor a su patrona la Virgen de la Coronación.