REDACCION. M. Recio. suiteinformación.- Nunca ha sido tan conveniente como ahora estudiar o repasar la enorme importancia que los hebreos, integrantes del pueblo judío, han tenido en la Historia de España.
En la expulsión ordenada por los Reyes Católicos se esgrimieron sólo motivos religiosos. Sin embargo una pléyade de historiadores hablan de confiscación, pues era tal la cantidad adeudada en concepto de financiación a la Corona a través de empréstitos y que incluso eran administrados por los propios judíos, que hacía prácticamente imposible su amortización. Casos como el de Samuel Abolafia, pagador de los ejércitos durante la conquista de Granada, con dependencia directa de Abraham Seneor, rabino mayor de Castilla son una muestra de su relevancia financiera. Se llegó incluso a especular sobre la existencia de una llamada “Corte Judía”. Seamos pues más juiciosos a la hora de tratar y entendernos con los descendientes hermanos de Sefarad.
¿Quo vadis Albares? El ministro de Asuntos Exteriores no se ha enterado aún de que no existe la Autoridad Palestina desde que Hamas acabó con ella. La diplomacia no consiste en hablar bajito y poner carita de no haber roto un plato.
Aún recordamos el episodio del diplomático D. Juan Pablo de Lojendio e Irure con el dictador Fidel Castro, en la televisión pública en La Habana, siendo embajador de España en Cuba, cuando le retó hace ya sesenta años, en directo, a través de la pequeña pantalla. Castro había proferido serias descalificaciones sobre un inexistente apoyo contrarrevolucionario desde la embajada española. Sin pensarlo dos veces se dirigió a los estudios de televisión e interrumpió la entrevista que hacían al barbudo dictador comunista. Casi le cogió por las solapas en un gesto bravío de defensa del buen nombre de su embajada y de España. A raíz de este incidente el marqués de Vellisca fue expulsado de suelo cubano y a su llegada a España fue recibido y aclamado como un héroe. En audiencia en el palacio del Pardo, Franco le espetó: “Como español muy bueno, como diplomático, muy malo”. Y le envío de embajador a la Santa Sede.
La visita de Pedro Sánchez a Israel pasará a los anales de las relaciones exteriores como una de las más desafortunadas actuaciones diplomáticas de la historia. Toda Europa, desde Bruselas, contempló atónita como su presidente de turno acusaba al primer ministro de Israel de llevar a cabo un genocidio en Gaza. Días después lo justificaría en un mitin ad hoc como una cuestión de “hu-ma-ni-dad….”. Igual que un tonto con ideas, ha actuado provocando un serio conflicto en las relaciones tradicionalmente cordiales y colaborativas entre Israel y España de incalculables consecuencias.
En esta ocasión se olvidó del muro y habló en nombre de todos los españoles. La indignación crece por día ante tanto desmán y falta de cordura por las actuaciones de un gobierno ilegítimo que parece deslizarse cuesta abajo y sin frenos atendiendo al interés personal que ya todos conocemos.
A esperar cual será la próxima ocurrencia. M. Recio.