REDACCION. M. Recio. suiteinformación.- Alguien afirmó, quizá de forma atinada, que “Dios solo ayuda a los buenos cuando son más que los malos”. Pocas frases ingeniosas quedan por expresar en contra del desmán organizado por este inaudito gobierno en funciones y su presidente. La rabia contenida de millones de españoles de toda clase de voto y condición, es manifestada a través de concentraciones por toda nuestra geografía. La extrañeza por los resultados obtenidos por el PSOE en las pasadas elecciones generales de julio, después de haber perdido poco tiempo antes por goleada las municipales y autonómicas, ha derivado en indignación ante tanta desfachatez de la que hacen gala para intentar socavar el estado de derecho y así reírse de los españoles.
Pero érase una vez un país afligido por una situación política caótica que llevaba a sus súbditos a un callejón sin salida mediante pactos llamados de Halloween. En él reinaba un rey bueno que lejos de abrumarse o dejarse paralizar por el miedo a perder su trono, actuó llamando a palacio a una persona de su entera confianza y de absoluta fidelidad a la corona. Un profesional con alta formación jurídica y experiencia política que tiempo atrás había contribuido con gran eficacia a redactar la constitución a la que el pésimo gobernante de turno hacía caso omiso, practicando su tarea con autoritarismo e imponiendo normas dictatoriales mediante pactos con aquellos que siendo minoría, deseaban dejar de pertenecer a ese reino.
Aquel a quien el rey había elegido como interlocutor hizo una propuesta al líder de los disidentes, el cual recapacitó y decidió dejar de apoyar al mal gobernante, aceptando la vía alternativa que desde la corona se le había propuesto.
La prerrogativa de gracia sólo correspondía al Rey constitucionalmente, por lo que en vez de un no permitido indulto general, el disidente separatista sí podría beneficiarse de un indulto mediante expediente personalizado. Para llegar a esa situación bastaba dejar pasar el tiempo sin acuerdo en la ilegítima negociación, para que se consiguiera repetir elecciones por el bien del reino y sus ciudadanos.
Así ocurrió. Y colorín colorado, este cuento ya ha comenzado.
Los que no están ….. ya se han movilizado. M. Recio.