REDACCION . M. Recio. suiteinformación.- La caja de supositorios que Puigdemont le ha hecho llegar a Pedro Sanchez a través de su enviada, la vicepresidenta segunda del gobierno en funciones, Yolanda Diaz, es un adelanto ensanchador para lo que viene después.
Parece que el vecino de Waterloo, conocedor de su importancia para que los deseos y ansias presidencialistas de Sánchez se cumplan, no cederá un ápice en la negociación en búsqueda de salvarse mediante una ley de amnistía y la imposición de un referéndum de autodeterminación. Ambas pretensiones chocan frontalmente con el contenido de la Constitución, si es que el Tribunal Constitucional no la retuerce para justificar su sí a este desmán independentista.
Allá por el año 1.991, Eslovenia y Croacia realizaron una declaración unilateral de independencia y esto provocó una respuesta contundente de las autoridades centrales de Yugoslavia, que claro está, no estaban dispuestas a perder dos de sus territorios. El ejército yugoslavo, liderado por Serbia, inició una guerra contra eslovenos y croatas.
La historia está ahí y es muy reciente para todo aquel que la quiera leer. Se han cumplido solo treinta años de aquel terrible conflicto, uno de los peores de la historia, según las Naciones Unidas (ONU), que se desarrolló entre los años 1992 a 1995 y en los que murieron más de 130.000 personas. La antigua Yugoslavia se fragmentó dando lugar a Serbia, Croacia, Bosnia y Herzegovina, Eslovenia, Montenegro y Kosovo, este último aún en disputa. Un total de seis nuevos estados que aún arrastran las fatales consecuencias de una guerra mitad fratricida y mitad étnico-religiosa.
Adiós Yugoslavia adiós. Hay un antecedente preocupante para nosotros los españoles y es que el 15 de enero de 1992, la Unión Europea junto a la comunidad internacional reconocieron a Croacia y Eslovenia como países independientes, lo que acababa con la República de Yugoslavia como tal, si bien se trataba de una república federativa.
Todo esto lleva a plantear serias dudas sobre cuál será la decisión de la UE ante el conflicto que hoy vivimos en el Reino de España, algo de vital importancia máxime tras las reformas legislativas que se han producido y la sorpresiva impunidad con la que el prófugo Puigdemon se pasea por Bruselas. En conclusión, España ha tenido ocho guerras civiles a lo largo de su historia y han servido para configurar nuestro mapa político y el estado de bienestar alcanzado, con un periodo de paz inusual y que esperemos dure lo suficiente como para poder dejar a nuestros hijos y nietos un país unido, en paz y prosperidad para todos los que amamos esta nación y nos sentimos orgullosos de ser españoles.
Todo ello si los supositorios Puigdemont no lo impiden. M. Recio. 6/9/23