©François Gouin
Un proyecto deportivo que une una gran pasión tanto por el mar como por el trabajo. François Gouin, cirujano oncólogo y navegante solitario, se convierte en embajador de Unicancer, su empleador, para promover los efectos beneficiosos del deporte tanto en la prevención del cáncer como en el tratamiento de pacientes oncológicos. Cumple un sueño personal, la vuelta al mundo en velero, poniéndose nuevamente al servicio de la profesión que es también la misión de toda su vida.
Pero, ¿podemos realmente encontrar paralelismos entre la profesión de cirujano y la de navegante solitario? La historia de François es la prueba de que la respuesta es que sí.
Fascinado por las historias de los navegantes solitarios y por los barcos que admiraba desde niño en los muelles de Saint-Malò durante las vacaciones de verano, François empieza a navegar en un pequeño barco de vela ligera familiar. Se apasiona y realiza salidas diarias y pequeñas travesías, pero elige unos estudios y una carrera muy exigentes, la medicina y, en particular, la cirugía. En realidad, sin saberlo, con el tiempo desarrolla muchas habilidades y competencias profesionales que resultan ser de suma importancia también en el mar.
«Puede parecer extraño, pero hay muchos paralelismos entre mi trabajo como cirujano y el de navegante solitario. Hay un proceso de reflexión, preparación, anticipación, tanto en mi profesión como en llegar a cabo una navegación en solitario. Ambas requieren de mucha acción y de saber gestionar la propia emotividad. Puede haber muchos imprevistos y es indispensable saber gestionar los errores que se pueden llegar a cometer. Hay que ser rigurosos pero también muy humildes.»
Un juego de equipo, pero en solitario. «Se aprende a trabajar en equipo. Siempre he trabajado en grandes equipos en los hospitales y ahora, para preparar la Global Solo Challenge, tengo un grupo de amigos y familiares que me ayudan en la preparación del barco. Pero luego cuando opero o navego, estoy solo.»
Encontramos otra similitud también en la gestión del sueño, tanto durante los turnos de noche en el hospital como durante las navegaciones. «He hecho muchos turnos de noche en el hospital, en el pasado. En el mar te das cuenta de que no tienes tantas limitaciones y, por lo tanto, es más fácil dormir en períodos fraccionados. Para mí, la verdadera dificultad para manejar bien el sueño es saber dormirse en cualquier momento, encontrar la calma interior que permite descansar cada vez que hay un momento libre. Esto forma parte de mi preparación mental tanto como médico que como navegante.»
A los 25 años, François realiza su primera travesía atlántica a bordo de un barco y conoce los desafíos y placeres de la navegación con tripulación reducida.
Al borde de los cuarenta años, en 1999, participa en su primera Transquadra, travesía atlántica, en la que se admiten tanto tripulaciones a dos como solitarias. «No tenía el barco adecuado para inscribirme solo y lo hice a dos. Fue una experiencia maravillosa, pero me prometí a mí mismo hacerla solo en otra ocasión».
En los años siguientes, Gouin compra otro barco y en 2005 se inscribe en la Transquadra en solitario. La primera de cuatro participaciones, la última en 2018.
©François Gouin
«Fue una revelación: estar solo en medio del mar te da emociones muy fuertes. Viví momentos fantásticos. Sentir el barco deslizándose rápido en los alisios, bajo el spinnaker, en un hermoso día cálido, lleva a un estado de total satisfacción. El mar es el único lugar donde se experimenta la sensación de espacio infinito. Por la noche ves las estrellas arriba y el inmenso océano frente a ti, sin límites».
El sueño de dar la vuelta al mundo en solitario nació en el corazón de François desde joven, pero el proyecto se materializó en 2020. Mientras los navegantes del Vendée Globe completaban su circunnavegación, François y su colega Jean-Yves Blay, director del Centre Léon Bérard de Lyon, soñaban con llevar a cabo una hazaña similar para Unicancer.
Unicancer es la federación de centros de lucha contra el cáncer que gestiona todos los hospitales especializados en Francia, incluido el Institut Gustave Roussy en Villejuif, el Institut Curie y el Centre Léon Bérard en Lyon, donde trabaja Gouin. El lanzamiento del Global Solo Challenge, anunciado por Marco Nannini en el mismo período, añade la última pieza que faltaba en el rompecabezas. El desafío está lanzado: OKéania 2022-2025, una sinergia virtuosa de deporte y medicina.
«Con este proyecto queremos promover la importancia de la actividad deportiva a la hora de gestionar un cáncer y también queremos destacar la importancia de hacer actividad física, en general. Caminar, subir escaleras o practicar deporte, lo importante es moverse, salir de casa, vivir al aire libre. Hoy en día, se sabe clínicamente que el deporte es un tratamiento de apoyo eficaz para las recaídas del cáncer y se recomienda y tolera incluso durante los tratamientos. Una vuelta al mundo, llevada a cabo por un patrón que ya no es tan joven como yo, ofrece una hermosa imagen para transmitir este mensaje».
©François Gouin
Gouin ya ha organizado conferencias para presentar el proyecto OKéania 2022-2025 a los pacientes inscritos en la unidad de actividad física, que ya está presente en todos los centros, y han sido muy apreciadas. También están programadas salidas diarias al mar para los jóvenes pacientes que viven en el oeste de Francia. Durante la regata, François también planea mantenerse en contacto directo con los jóvenes que están siendo tratados en el Centre Léon Bérard, para un apoyo mutuo y para que participen de forma activa en la aventura.
François ha elegido para realizar su vuelta al mundo en solitario un Class40, Kawan III, un barco de 2008 diseñado para este tipo de navegación. Después de la compra en Italia y el traslado, que Gouin realizó en parte hasta Pornic, su puerto base, el barco ha estado en el astillero durante un año y medio. «Hasta ahora, mi preparación se ha centrado en el barco; necesito confiar en él y he tenido que prepararme con tiempo, debido a mis compromisos laborales».
©François Gouin
François ha movilizado a un grupo de amigos con los que suele competir, liderados por Jimmy Viant de La Trinité sur mer, que ya ha participado en varias regatas alrededor del mundo con tripulación y ahora trabaja diariamente en el astillero, encargándose de toda la parte técnica. La familia, y especialmente las dos hijas de Gouin, apasionadas del mar, están muy involucradas y colaboran en la preparación.
«Es hermoso ver cómo un proyecto así moviliza y une a tanta gente, estoy agradecido a todos».
El barco no ha sufrido modificaciones estructurales: se ha instalado lo necesario para cumplir con los requisitos exigidos por el reglamento del evento y se han cambiado la electrónica, el aparejo y las velas.
«Creo que es un buen compromiso para un aficionado como yo que ya no tengo 20 años. Es un barco no muy grande, pero muy marinero. Fácil de manejar, sólido y fiable en su construcción, un Pogo 40 S.»
©François Gouin
«Desde que navego solo, he elegido barcos de este tipo, rápidos con el viento a favor y, por lo tanto, seguros, especialmente para enfrentarse a los mares del Gran Sur. Otro factor importante, este barco se adaptaba a mi presupuesto. Estoy muy contento con esta elección.»
El nombre del barco, Kawan, hace referencia a las tortugas marinas Caretta caretta (en francés, Caouanne) de las Antillas, islas donde François conoció a finales de los años 80, durante una estancia laboral, a su esposa y a los futuros copropietarios de Kawan I. «Este hermoso nombre también se ha mantenido para mis barcos posteriores y hoy es un homenaje a mis hijas que estudian precisamente esas tortugas y la fauna submarina de ultramar».
Además, la asociación polinesia «Te mana o te moana», especializada en la conservación de tortugas marinas, se ha unido al proyecto preparando un programa educativo con las clases de las escuelas en Polinesia, basado en la observación de la fauna y la flora que François encontrará durante esta navegación.
François Gouin también cuenta con sus socios como SOFCOT, Burologic, Novelty y todos los seguidores y donantes a los que agradece y sin los cuales este proyecto no sería posible.
Gouin está entusiasmado por partir en esta vuelta al mundo y cuenta que la parte más emocionante del recorrido para él es la navegación en el Gran Sur. «Para mí es una oportunidad increíble poder participar en la GSC, los planetas se han alineado y no puedo perder esta oportunidad.
Su determinación y obstinación lo ayudarán a enfrentar solo todas las dificultades e imprevistos que encontrará en el camino. «Creo que soy capaz de manejar la vida cotidiana de manera organizada y rigurosa, como es necesario en este tipo de prueba».
La gran fuerza del proyecto de François también será compartir los valores de su profesión, y su viaje se convertirá en el viaje de muchos pacientes y personas que creen en los mismos ideales y en él. Una empresa que lleva consigo muchos valores de esperanza y confianza porque, como decía Follereau, «Vivir es ayudar a vivir. Para ser feliz, debes ayudar a los demás a crear su felicidad».
¡Buen viento, François!
Facebook: OKéania 2022-2025
Recaudación de fondos: https://www.leetchi.com/c/unicancer-okeania