Ya en la mitología griega la ciudad de Ceuta tenía una relevancia especial. Para los antiguos griegos Europa y África estaban unidas por una cordillera, hasta que Hércules de un golpe con su mazo abrió una brecha conocida hoy como el estrecho de Gibraltar. Tanto Gibraltar como Ceuta conocidas históricamente como Calpe y Abila respectivamente formaban las famosas columnas de Hércules, símbolo representativo de España a lo largo de la historia. «Faltaban todavía 77 años para que los Reyes Católicos culminaran en Granada la Reconquista y Ceuta entraba en la Era Moderna con la conquista portuguesa. Se iniciaba entonces un periodo de dos siglos en los que en la hoy ciudad autónoma se hablaba, se pensaba y se sentía en portugués, hasta que tras la separación de las coronas de Castilla y Portugal (1640), los ceutíes decidieron ser españoles; una decisión por la que la ciudad añadió el título de Fidelísima a los de Noble y Leal».