Un episodio bastante desconocido de nuestra historia. Si bien, por la presunta derrota de la Grande y Felicísima Armada han corrido ríos de tinta, el intento de la Armada inglesa para destruir la flota española que quedaba, para apropiarse de Portugal e interceptar en las Azores las flotas de Indias a su regreso a la Península, ha quedado olvidado.
En el año 1589 los barcos de la Armada Invencible que habían sufrido el envite del mar, se encontraban reparándose en los astilleros del norte de España, replegados y procurando crear una mejor flota de galeones, dado que los daños no fueron de tal rotundidad como ha trascendido.
Entendiendo Inglaterra que era momento idóneo para aprovechar la debilidad de la Armada Española, Isabel I reúne una flota de entre 190 y 200 navíos para dar un golpe a España; llamada la Contra Armada. Parten desde Plymouth el 28 de abril de 1589.
La flota la financia la corona inglesa, particulares, banqueros, el aspirante al trono de Portugal –el prior de Crato, hijo ilegítimo de Luis de Portugal que pretendía arrebatar la corona a Felipe II- y el propio Drake. Al mando se impone el pirata Drake –cofinanciador de la operación- y John Norris (el más prestigioso militar inglés de su tiempo)
Las órdenes emitidas por la reina Isabel I eran concretas: Destruir lo que quedaba de la flota española que se encontraba en reparación en Santander y dirigirse a Lisboa para tomar la ciudad, accediendo al trono el pretendiente colaborador.
Drake desobedeció dichas órdenes y se dirigió a La Coruña con la flota, entendiendo que se trataba del puerto más débil en defensas. Y, sobre todo, porque le importaba más el botín.
Comienza el asedio a la ciudad, iniciándose brutales combates. El ataque inglés es repelido por la población española, espontáneamente, con un honroso ímpetu por defender la tierra. Figura destacada fue María Pita, que levantó los ánimos decaídos de los defensores en momentos en que los ingleses ganaban cotas de terreno, incurriendo en salvajes actos contra la población, aun en momentos en que la tenían vencida.
“…e aunque tomaron muchos a prisión…usaron de muchas crueldades, matando muchos hombres, niños y mujeres, y algunos con fuego y otros con martirios…”
Ayudó la artillería española con la que contaba la ciudad y que provenía de los barcos en reparación, como punto final para la retirada de los ingleses.
En esa retirada se dirigen a Lisboa, pero a falta de avituallamiento –que pensaban procurarse en La Coruña una vez tomada- los escasos recursos hacen mella entre los soldados. El hambre y las enfermedades que comienzan a aflorar en los barcos debilita a la flota inglesa.
El ataque a Lisboa fue repelido por Martín Padilla, que con sus barcos hunde 4 naves de la Armada inglesa, evitando que la flota inglesa llegue a las Azores.
La operación acabó en una total derrota sin precedentes para los ingleses. A raíz de este desastre, el que había sido hasta entonces héroe popular en Inglaterra, Francis Drake, cayó en desgracia. Arribó a Plymouth con las manos vacías, tripulación amotinada, pérdida de más de la mitad de los hombres y de las naves.